Un día, en el futuro, George W. Bush se muere de un ataque al corazón e inmediatamente se va al infierno, donde el diablo lo está esperando.
Realmente, no sé qué voy a hacer contigo, le dijo el diablo, estás en mi lista, pero no tengo lugar para ti y como has sido tan malo tienes que quedarte aquí, así que vamos a hacer lo siguiente:
Hay algunas personas aquí que no fueron tan malas como tú, así que tendré que dejar ir a alguien y tú te quedarás en su lugar. Es más, te voy a dar a escoger una de tres celdas. Bush, que de todas maneras no tenía otra opción, aceptó. Así que el diablo abrió la primera celda.
Allí estaba Richard Nixon en una gran piscina. Todo lo que hacía era
zambullirse en el agua y volver a salir. Ese era su destino en el infierno.
-No, -pensó Bush-, esto no me gusta, yo no soy buen nadador y no puedo hacer eso todo el día.
El diablo abrió la segunda celda y ahí estaba Jose María Aznar. Todo el santo día picando con un martillo una montaña de piedras.
- No, -pensó Bush-,no puedo picar piedras todo el día pues tengo problemas con el hombro.
El diablo abrió la tercera celda y he aquí a Hussein, cómodamente tirado en el suelo, con las manos detrás de la cabeza, las piernas abiertas y fumándose un largo puro cubano. Agachada sobre él se encontraba Mónica Lewinsky, haciendo lo que ella sabe hacer mejor...
Bush miró la escena con incredulidad y gritó animadísimo:
-¡Aquí me quiero quedar!
Entonces el diablo sonrió maliciosamente...
... y gritó:
-¡¡Mónica, ya llegó tu relevo!!
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No soy un completo inútil, por lo menos sirvo de mal ejemplo.
Esta obsesión de suicidio me está matando.
No más medios de comunicación, los queremos completos.
Si no eres parte de la solución, eres parte del problema.
Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía.
Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe.
Yo no sufro de locura, la disfruto a cada minuto.
Si yo fuera tú me enamoraría de mí.
Es bueno dejar la bebida, lo malo es no acordarse dónde.
La vida es como un moco: intragable, dura y a veces no te deja respirar.
Sonríe, yo existo.
El dinero no hace la felicidad, la compra hecha.
Una mujer me arrastró a la bebida, y nunca tuve la cortesía de darle las gracias.
Si tu novia perjudica tu estudio, deja el estudio y perjudica a tu novia.
La inteligencia me persigue pero yo soy más rápido.
Cualquiera se puede equivocar, inclusive yo.
La verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto.
Hay un mundo mejor, pero es carísimo.
Ningún tonto se queja de serlo. No les debe ir tan mal.
Estudiar es desconfiar de la inteligencia del compañero de al lado.
La mujer que no tiene suerte con los hombres no sabe la suerte que tiene.
No hay mujer fea solo belleza rara.
No estoy en contra de que haya hombres feos, pero por qué todos viven en esta cuidad.
La pereza es la madre de todos los vicios, y como a la madre hay que respetarla.
Estoy preñado de ideas pero no las puedo parir.
Ahorre energía, no sea caliente.
Las niñas buenas van al cielo y las malas a todas partes.
Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo pues los pájaros no hablan.
En cada madre hay una suegra en potencia.
Pitágoras inventó los corpiños para que los senos no se escapen por la tangente.
No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.
Felices los que nada esperan porque nunca serán defraudados.
El alcohol mata lentamente, no importa no tengo apuro.
La confusión esta clarísima.
Mátate estudiando y serás un cadáver culto.
El mundo se está quedando sin genios: Einstein se murió, Beethoven se quedó sordo, y a mí me duele la cabeza.
Lo triste no es ir al cementerio sino quedarse.
Lo importante no es ganar sino hacer perder al otro.
Si quieres una mano que te ayude, la encontraras al final de tu brazo.
Vivir en las nubes no es malo, lo malo es bajar.