viernes, 20 de febrero de 2009

Topacio Caga Despacio: Descerebrados sin fronteras (Cap. 4)


Y, como no lo podía hacer a por lo menos yo: Actué.
Sabía que era ilegal, pero, ¡la vida son 2 días!
Entré al quirófano, y pisando el pie izquierdo pedí:
-Bisturí.
-Sudor.
-Sudor.
-Sudor.
-Sudor.
¡EL mega rollo Scotex del perro!
No sabía qué hacer. Joder, ¡si no me sé ni siquiera dónde está el fémur!
En ese momento adverí al peciente que lo mataría; pero sólo un poquito. No me escuchaba; estaba más dormido (o anestasiado) que Paquirrín un sábado por la tarde... y el domingo, y el lunes, y el martes...
En ese momento, decidido, corté la vena cinco empezando por abajo. ¿Por qué? Por que tiene rima, tampoco es que tuviera mucha ciencia aquello...
Y "sorprendentemente" me equivoqué. Los médicos que me acompañaban empezaron a gritar: "¡La orta! ¡La orta!"
Entonces me entró un hambre... ¡Me encanta la urta a la roteña!
-¿Pero qué has hecho, descerebrado?
Me sentí especialmente ofendido. Joder, he cortado la orta, ¡pero tampoco hacía falta que me llamara descerebrado!
¿Quién no ha cortado la orta alguna vez? La típica chiquillada.
Pero yo duermo tranquilo de que no digo tacos como descerebrado a ese hijo de puta.
Era injusto. Es, por ejemplo, como si por ejemplo, por matar a alguien lo llamara descerebrado. ¡Qué sociedad!
Tras el enorme insulto, abandoné el quirófano diciendo:
-Bueno Don Tengoseisañosdecarreraysoysúperguay, hazlo tú Don Nocortoortasporquetengoseisañosdecarreraysoysúperguay.
Corrí, como si probablemente hubiera provocado un asesinato. Cogí un taxi, y tal vestido, me dirigía hacia "Camisetas rosas y azules baratas maracas".
Pero entre mis movidas chungaleras y el tráfico me lo impedió.
Ah, no. Que tenía un sueldo de mierda y tenía que hacer horas extras para por lo menos llegar a principio de mes...
Peeeeero... antes compré un equipo de camuflaje. Sólo las prendas, ¡oigan!
Llegué, cogí la papelera que tenía al lado de la mesa, tapé mi barbilla con mi bandolera de Bob Esponja y grité por lo bajo:
-¡Si me camuflo no podrán despedirme! ¡NO PODRÁN!

Un campañero que pasaba por allí, comentó con otros: "Jajajaja, ¡mirad que descerebrado el Topacio!"
¿Qué? ¿¡Qué!? ¿Quién no ha cogido la papelera que tenía al lado de la mesa, tapar la barbilla con la bandolera de Bob Esponja y gritar por lo bajo:
-¡Si me camuflo no podrán despedirme! ¡NO PODRÁN!?

Panda de nunca he cogido la papelera que tenía al lado de la mesa, he tapado la barbilla con la bandolera de Bob Esponja y gritar por lo bajo:
-¡Si me camuflo no podrán despedirme! ¡NO PODRÁN!...

Cargué toda mi furia hacia aquel insultador de insultos, quité el posavasos del vaso de su despacho y exclamé: ¡Jáááááááá! ¿¡Ahora qué harás ahora Don nunca he cogido la papelera que tenía al lado de la mesa, he tapado la barbilla con la bandolera de Bob Esponja y gritar por lo bajo:
-¡Si me camuflo no podrán despedirme! ¡NO PODRÁN!?

Terminé mi jornada laboral de 23 horas y cuando llegué a casa, ví a una nota que ponía:
"Me estoy follando al del 4ºB. Volveré cuando aparezca el amanecer. Te quiero. Pero no para follarte, querido."
Menos mal que no soy un malpensado, por que sino, llegaría a sospechar un poquitín que me está poniendo los cuernos y no me lo quiere decir, por que sino, ¿quién sería el descerebrado que se cepillaría a mi mujer?

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