Hoy es la introducción a el esperado relato, espero que os guste y disfruteis, por cierto, esta un poco falto de humor y de todo lo prometido, pero en las introducciones solamente uno se dedica a integrar a la gente en la historia:
¡Hola! Mi nombre es David, un chaval de 14 años, soy de estatura media, moreno, y alto, y vivo en uno de los pueblos mas perdidos del mundo, Campo Real en Madrid, dicen los habitantes de mi pueblo que el pueblo no está tan mal, y que aunque no salga en los GPS, y nunca reciba grandes visitas, tenemos las mejores aceitunas y el mejor queso de España, son bastante famosas, pero todo cabe indicar que yo soy el colmo de mi pueblo, ya que no me gusta ni las aceitunas ni el queso … Pero no os quiero hablar de mi pueblo, os quiero hablar de un viaje que haría fuera de mi pueblo, todo sucedió en el segundo trimestre …
Llevábamos todo el primer trimestre sin profesor de religión, y el segundo día del segundo trimestre (casualidades :O) vino un hombre a darnos clase de religión, se presentó como Javi, era un hombre de estatura normal, muy buena persona, siempre muy bien vestido, con perilla y gafas, pelo normal de chico y moreno, era muy majete por lo que aparentaba, entramos en la clase, todos como locos, para religión juntaban dos clases, y la revolución en mi instituto se llamaba religión, entramos y nos dio dos grandes anuncios que nos cambiarían la vida, el primero fue que iríamos a Santiago de Compostela de viaje en menos de un mes, iríamos 4 días, todos empezamos a saltar, a hacernos ilusiones y a especular, en especial yo, que ya acordé hasta con quien iba a hacer la habitación, el profesor también nos anunció que nos iríamos en el tercer trimestre al parque de atracciones, pero eso me daba igual, lo bueno era que nos iríamos a Santiago, de el pueblo en el culo del mundo a uno de los lugares mas importantes de peregrinación del mundo. Llegué a casa impresionado, se lo conté a mi madre y pensé que la echaría de menos, pero era mi primera oportunidad de viaje, y no la dejaría escapar…
Pasaron las semanas y el día “D” se acercaba, una gran S oteaba el horizonte, era Santiago de Compostela, cada vez más cerca, la semana antes de irnos, nos dieron unas papeletas para vender, fueron de difícil venta, e incluso algunas se las llevo mi padre para venderlas él, antes de irnos acabé con todas las papeletas vendidas, y su dinero en el bolsillo, y preparado para el viaje. Nos dieron mas papeletas y el día antes vendí la última, esa noche fue una grande y larga noche….
PD: No Penséis Mal
MAÑANA YA EL PRIMER CAPÍTULO, ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO Y DEJAR UN COMENTARIO PARA SABER QUE PENSÁIS SOBRE EL RELATO, GRACIAS.
